Una explosión nuclear va seguida de la producción y liberación de partículas radiactivas. Los signos de una explosión nuclear incluyen una forma de bola de fuego, una onda expansiva desde el sitio de la explosión, una nube con forma de hongo que se forma después del impacto y un pulso electromagnético (EMP, por sus siglas en inglés) que afectará el suministro eléctrico en el área circundante.
En caso de un ataque nuclear, el área de impacto sufriría daños significativos y pérdida de vidas, y permanecería peligrosa hasta por dos días. Los efectos en la salud de quienes sobrevivan a la onda expansiva y el calor pueden ser graves debido a la radiación. Los efectos dependerán de la cantidad de radiación absorbida por el cuerpo, el tipo de radiación y la duración de la exposición.
El Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos tiene tres consejos clave para reducir la exposición a la radiación después de un ataque. Estas tres claves son: Tiempo, Distancia y Blindaje.
Tiempo: Limita la cantidad de tiempo que pasas en áreas donde hay radiación.
Distancia: Aumenta tu distancia de una fuente de radiación. Si te refugias en un área contaminada, mantente alejado de las paredes exteriores y los techos.
Blindaje: Crea una barrera entre tú y la fuente de radiación. Se recomienda encarecidamente permanecer dentro de edificios o en tu vehículo.
Escucha las actualizaciones de los funcionarios locales de emergencia en caso de un ataque nuclear. Si te aconsejan evacuar, presta mucha atención a la información sobre rutas de evacuación, refugios temporales y mejores prácticas. Si hay tiempo antes de partir, cierra y asegura todas las ventanas, puertas y puntos de entrada a tu propiedad. Recuerda apagar el aire acondicionado, ventilaciones, ventiladores y calefacciones para evitar que el material radiactivo entre en tu hogar.
Recursos: prep_nuclear_fact_sheet.pdf and nuclear-threat